Las instalaciones hospitalarias tienen un impacto significativo en su entorno próximo. El Centro Hospitalario de Alta Resolución (CHARE) en Cazorla se sitúa en una posición privilegiada en el paisaje rural en el que se encuentra. El proyecto busca la relación directa con el espacio exterior como primera medida terapéutica del paciente.
Con aproximadamente 30.000 m² de terrenos y un programa de 10.000 m², la implantación de la infraestructura busca integrarse con la sierra, adaptándose en volumen y materialidad. El nuevo edificio se implanta de forma orgánica, creando claras circulaciones funcionales y organizándose a través de patios irregulares, a través de los cuales la vegetación se funde con los espacios interiores.
Con una disposición en tres plantas, el acceso se realiza a través de la planta intermedia, de mayor uso público, que acoge las salas dedicadas a la asistencia sanitaria más habitual y urgente. En este nivel se segregan los accesos y se crea una secuencia de espacios públicos, plazas, patios, que se orientan de forma óptima en función de sus necesidades. La planta superior, la más pequeña, limita su programa al de intervención y residencia. Por último, el nivel enterrado bajo rasante se destina principalmente a salas restringidas, accesibles desde el exterior a través de una calle trasera rodada.
La apuesta de integrar el CHARE con el entorno del olivar hace que la materialidad fuese una de las premisas principales del proyecto. La fachada acoge los tonos marrones y materiales cerámicos como el ladrillo que recuerdan a una paleta de colores similar al del entorno.