El centro educativo se proyecta en el fondo de la parcela, sobre los actuales espacios exteriores, procurando que su huella respete los edificios existentes y permitiendo el traspaso de la actividad académica entre el nuevo edificio y el existente.

Se presenta un edificio compacto, con espacios intersticiales entre interior y exterior, definiéndose un acceso central y claras circulaciones. En el acceso central se genera una amplia zona de estancia, desde donde parte un paseo pergolado que nos lleva hasta el vestíbulo de entrada al edificio. La posición centrada de esta pieza no sólo favorece la organización interior, sino que ayuda a organizar también los espacios exteriores.

La zona de juegos infantil se ubica en torno al ala de infantil, desde donde se dispone una salida independiente a través de un pequeño porche exclusivo para esta zona. Al otro lado del paseo se ubica la zona de juegos de primaria, delante del gran porche que recorre la galería de planta baja y genera un espacio de sombra permitiendo el juego en épocas estivales o de lluvia.